Noemi Feo Rodríguez – El Tiempo en Leyendecker: 33 Años Después, una Hora Antes

El Tiempo en Leyendecker: 33 Años Después, una Hora Antes

El Pulso del Arte

Nosotros hemos reflejado el pasado. La gente tiene miedo, le asusta el pasado. El pasado es lo que hace el presente y el que te ayuda en un futuro. Por esta razón hemos hecho esta exposición. En este sentido, tiramos de fondo y colgamos obras que ya se hicieron, [y] que a nosotros nos encantaron y nos sedujeron.”[1]. Tener la oportunidad de dialogar con Ángel Luis de la Cruz, es sinónimo de conocer directamente la vorágine del arte contemporáneo, la feroz gestión del arte y los indomables mercados artísticos.

Para el director de la Galería Leyendecker, la intuición ha sido el emblema de su recorrido dentro del ámbito galerístico del arte contemporáneo internacional. A través del capricho y del placer, que sólo se consigue con esfuerzo, consolida el nombre y trabajo de la Galería Leyendecker, a través de dos nuevos referentes expositivos “33 Años Después, Una Hora Antes” y “33 Años Después, una Hora Antes 2“. Un capricho fundamentado en la calidad de su intuición, en la selección de los artistas a lo largo de la gestión de su galería y la vinculación internacional, nacional e insular que ha mantenido y engrandecido a lo largo de estas tres décadas.

Este 33 aniversario ha sido reflejo de un largo recorrido, en el que se han seleccionado 22 artistas, repartidos entre ambas muestras. Este numero elegido por la Galería Leyendecker, se aleja de las concepciones típicas de los números utilizados en otras exposiciones entorno a “Los 20, o los 30 Años“. Ángel Luis de la Cruz expone que ese número potencia el recorrido de constante cambio e intuición. Un símbolo que mitifica aún más la labor indiscutible de una galería de prestigio, renombre y referencia internacional.

Volviendo a ese pasado, hace 33 años, -inicio de una trayectoria de éxito, la galería Leyendecker abría sus puertas en 1979. No obstante, no sería hasta la década de los ochenta, y especialmente en los años 1981 y 1982, cuando comienza a afianzar su trayectoria. En esta muestra, es necesario matizar un dato relevante en el cual Ángel Luis de la Cruz define un rasgo propio de la galería. En la selección realizada no se encuentra presente la Transvanguardia italiana principalmente porque primero, fue la que encumbró la internacionalidad de la galería en 1982, y segundo, porque se han caracterizado por una línea que mayoritariamente es alemana, debido a la vinculación que posee con su concepto de respeto a la pintura.

Lo italiano y americano entran también en juego como parte fundamental de la trayectoria de la galería. Los primeros once “Recuperados“, Curtis Anderson, Donald Baechler, Mark Dagley, Walther, Jiri Georg Dokoupil, Martin Kippenberger, Gerhard Naschberger, Salvo, Andreas Schulze, Peter Schuyff, y Rob Scholte, comparten escena con la segunda tanda de artistas Reed Anderson, Roberto Cabot, Daniel Davidson, Adam Fuss, Robert Greene, Peter Klare, James Nares, John Newsom, Andrei Roiter, Stepanek & Maslin y Leif Trenkler. No obstante, Ángel Luis de la Cruz señala dos figuras claves en ambas muestras, por un lado Jiri Georg Dokoupil y Donald Baechler, “también presente en la primera, pero sus alumnos o discípulos están reflejados en la segunda, que son Anderson y Newman.”[2].

En la década de los ochenta, la galería despuntaba con los jóvenes salvajes alemanes del grupo Mülheimer Freiheit, en donde se encontraban figuras como Jiri Georg Dokoupil, Gerhard Naschberger, Peter Bömmels, Gerard Kever o Hans Peter Adamski. Esta toma de contacto con el arte alemán de los años ochenta, vincula la galería con el movimiento de la Neo Geo, Neo Geométrico, americana con Philip Taaffe o Peter Schuyff y con la Transvanguardia Italiana a nivel nacional en el año 1982, en la celebración de la primera feria ARCO que permitió la presencia en las islas de Ernesto Tatafiore y Nino Longobardi, junto a la figura del crítico italiano Achille Bonito Oliva.

Numerosas y diversas exposiciones han sido el resultado de una labor entregada al arte contemporáneo y por supuesto, al descubrimiento de figuras que han marcado el panorama artístico internacional. Exposiciones como “1er Salón Irrealista” de 1985, “Una Hora Antes” que contó con la presencia de Mark Dagley, Walter Dahn, Jiri Georg Dokoupil, Salvo y Andreas Schulze y “Una Novia vuelve a Tiempo” de 1989 y 1990, conformaba un comienzo de éxito. También contó con la presencia de Roberto Cabot que celebró su primera individual en Tenerife, participando luego en 1991 en la colectiva “Regreso al Futuro“.

La Luz este Año” de 1992 que contó con la presencia de Andrés Serrano, Adam Fuss, James Nares, Peter Schuyff, Curtis Anderson y Philip Pocock o “El Animal que nos Viene“, de 1992 y 1993, Tenerife y Gran Canaria respectivamente, con Andreas Schulze y Thomas Grünfeld. En 1994 se presenta “La Máquina del Tiempo” en Tenerife y 1995 en Gran Canaria, con Nino Longobardi, Ernesto Tatafiore, Hans Peter Adamski, Peter Angerman, Sigfried Anzinger, Ina Barfuss, Peter Bömmels, Walter Dahn, Jiri Georg Dokoupil, Gerard Kever, Martin Kippenberger, Milan Kunc, Alois Masbacher y Gerhard Naschberger.

En 1996 se exhibe “El Ojo también Penetra” con artistas como Araki, Elmer Batters, Günter Blum, Greg Gorman, Richard Kern, Eric Kroll, Doris Kloster, Kevin Lynch, Robert Mapplethorpe, Helmut Newton y Jam Saudek. Más recientes son las muestras “2000 Años Luz” del 2000, así como “Las Hijas de la Tierra” en 2001 con Bongi Bengu, Tracey Moffat, Candida Höfer, Genda Herrera, Meghan Boody y Patty Chang o “The Second Seating for the Last Supper” de 2012 que contó con el comisariado de Christian Viveros Fauné con las obras de Ángel Otero, William Powhida, Brian Duggan, Chris Verene, Gianfranco Foschino, Richard Mosse, Martin Kippenberger y Jorge Tacla .

Y esto es una parte de una amplia saga de éxitos, riesgos y aciertos. ¿Quién puede decir otro espacio en las Islas Canarias que haya generado tales proyectos de artistas europeos y americanos que se han convertido en referencias internacionales?. La galería Leyendecker utiliza parte de sus fondos para conformar un recuerdo, ese encuentro con el pasado que gesta el reconocimiento debido y no del todo entregado en el propio seno insular, a pesar de que en 2005 obtuviera la Medalla de Oro de Canarias.

Para Ángel Luis de la Cruz, el público debe contemplar la obra de arte, acercarse a la obra y aprovechar la gestión de la galería para entrar en contacto con una internacionalidad que se pierde en parámetros exteriores a las islas. La Galería Leyendecker se abre al público en su totalidad, permite acercar a las Islas Canarias, desde su sede en Tenerife, el arte más relevante y contemporáneo de calidad, que surge en el sistema y la industria artística internacional. No todos los días podemos encontrar un recorrido expositivo en las islas, que permita ver obra que puja fuerte en mercados, que se subasta con ímpetu y que ha sido potenciada y en algunos casos descubierta por la galería. Sea el caso de Kippenberger, Boetti o Condo entre otros. “La primera muestra de Kippenberger que se pudo ver en España fue aquí. Una de las exposiciones más importantes del Museo Reina Sofia ha sido la de Alighiero Boetti, pues bien, este señor ya había expuesto en Leyendecker en 1989; trajimos a George Condo, que llegó a vivir en Canarias, cuando era ayudante de Dokoupil, hoy sus cuadros se venden en subastas por entre tres y cinco millones de euros [].” [3]

Es la historia la que avala estos 33 años de celebración, de comienzos pero también de lo que espero, una continuación de esta segura trayectoria. A ello hay que sumar, la vinculación que ha creado con muchos de los artistas que exponen en ambas muestras, sea el caso de Dokoupil por ejemplo, cuya vinculación dio lugar a una famosa escultura “El Muñeco de Nieve” que fue depositada por el artista en Tenerife o Cabot que se estableció en esta isla. Véase por ejemplo, Roberto Cabot. Una estancia en la isla. [4] A parte de todo esto, no se puede hablar de los ochenta en Canarias sin otorgar un lugar privilegiado a la acción realizada por la Galería Leyendecker, que posibilitó el conocimiento de conceptos como el nomadismo en la pintura, el placer del arte, la calidad y la innovación, y sobretodo, seguir apostando por artistas de prestigio, entre los que se pueden destacar, por ejemplo, David Lachapelle con sus obras en la galería en 2010.

Lógicamente, “No es fácil resumir treinta y tres años de vanguardias en una sala; sin embargo, en esta galería podemos encontrar obras de artistas y creadores relevantes dentro del panorama artístico europeo y americano de estas tres décadas, ya sea en exposiciones colectivas como el Primer Salón Irrealista o con exposiciones individuales de Stepanek & Maslin o Roberto Cabot“. Para Ángel Luis de la Cruz resumir treinta y tres años de arte contemporáneo responde también al sentido de la calidad y al respeto a la misma, en una línea que responde a la valía que le aplica a este concepto de respeto con la obra de arte y a la definición del arte a través de la trayectoria de su galería. Un espacio que se vuelve cada vez “más íntimo. ¿Sabes por qué?. [] siempre he considerado el arte tan importante, que siempre he querido verlo como una cosa íntima. No que no esté al alcance de los demás, pero creo, que para hacer arte están capacitados muy pocas personas, y yo intento ayudar a que ese concepto siga prevaleciendo. [] todo se ha magnificado de tal manera que cualquier persona se siente capaz, es verdad, cada persona es capaz pero de calidad no. Se ha perdido el respeto por la calidad.” [6]

Fuera de la etiqueta de “aquí no se exponen canarios” aplicada a la galería, los artistas canarios están dentro y fuera de las islas, la Galería Leyendecker ha tomado la línea que ha elegido, la ha defendido, fortalecido y recordado, simplemente para saber que de los orígenes surgen el éxito, y si ese origen es apostar por la internacionalidad, y posibilitar que la lectura del arte internacional en primera línea llegue al archipiélago y recorra otras fronteras, diría que esa etiqueta debería ser modificada, pienso que si tanto gusta etiquetar, se podría utilizar por ejemplo la que he creado “Aquí no se exponen canarios porque he decidido que el arte internacional llegue a Canarias. Alguien tenía que hacerlo“. Muchas salas exponen canarios, y para Ángel Luis de la Cruz, no todos deben seguir el mismo rol del arte insular, y no por ello existe una valorización o desvalorización, ni de uno ni otro, simplemente una línea de actuación y un posicionamiento. Es lo que tiene seguir el instinto, y la libertad de elegir el camino que ha querido, que respeta, que valora y que siempre ha tomado. La Galería Leyendecker , sabe manejar las manecillas del reloj. Tiene cuerda para rato.

NOTAS

[1] Entrevista a Ángel Luis de la Cruz en la Galería Leyendecker por Noemi Feo Rodríguez, 22 de Junio de 2012.

[2] Idem.

[3] Toste, Santiago,”La puerta del arte internacional”, Diario de Avisos, 17 de Marzo de 2012, Santa Cruz de Tenerife.

[4] Catálogo de la exposición celebrada en la Galería Leyendecker en 1991.

[5] En el artículo”Leyendecker muestra sus fondos con motivo de su 33 aniversario“. El Día, 18 de Junio de 2012, Santa Cruz de Tenerife.

[6] Entrevista a Ángel Luis de la Cruz [] Véase nota 1.

NOEMI FEO RODRÍGUEZ

Licenciada en Historia del Arte y DEA

http://www.racba.es/index.php/pulso-del-arte2/394-el-tiempo-en-leyendecker-33-anos-despues-una-hora-antes

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